Libre formación política para los jóvenes, algo más que partidismo e ideologias


Entre hegemonías, populismos y otras yerbas, la política en la juventud o la juventud en la política:
Es incorrecto, dicen algunos, empezar una pronunciación o un discurso con una pregunta, pero no quiero perder la costumbre de ser políticamente incorrecto ¿Cuál es la formación política real de nuestros jóvenes?

Mucho se ha escrito a ambos lados del caminito politiquero al respecto de esta cuestión, que no para todos tiene el mismo grado de importancia, ni la misma razón de ser.No he de aclarar aquí, sobre la terminología que está al alcance de la mano, - o de los dedos-, de cualquier preocupado por saber el significado de política, o si prefiere diferenciar entre los términos gobierno y Estado, si es que se puede. Lo cierto es, que más allá de ser subcampeones honorables del mundial, la vida continúa y el decurso de la historia también. 

Se viene el “20/15” y en la gatera del hipódromo del poder, se sientan todos los jinetes, más o menos preparados, para correr hasta que la campanilla suene y diga por cuántas cabezas ganó el segundo del tercero.

Y bien, la cosa es más compleja muchachos. Por distintas razones partidarias e intereses personales, muchos se jactaron de estar dejando como herencia, una patria que comienza a tener cultura política, pero, en definitiva, lo único que posee, es una politización de casi todo y nada más, sólo eso. Otra pregunta ¿por qué una cosa y no lo otro?¿Por que politización y no política?

Bueno, lo que ha pasado es algo extraño pero no menos obvio, durante los últimos 15 años, pasamos de una concepción de lo político hacia otra, sin casi darnos cuenta y, lamentablemente, la política se transformó más, en exhibición de banderas que en hechos verdaderamente trascendentes, y aquí debo aclarar, estoy hablando de construcción de la formación política. Y el ejemplo de ello es notar una paradoja: si la política realmente corriera por las venas de la mayoría de los jóvenes, entonces, ni los unos ni los otros-oficialismo y oposición- mostrarían “tanta” preocupación por la ausencia de una dirigencia renovada. Pero lo más cruel de todo esto, creo yo, es que en realidad, la preocupación no radica en que no existan aún, políticos jóvenes, sino en cómo van a hacer para que no surjan. Algunos idealistas, igual, no perdemos la esperanza. Esa carencia de jóvenes “líderes” dentro de las estructuras partidarias y de los movimientos sociales, es el reflejo de que las construcciones de poder, sólo se manejaron entre los mismos personajes de los últimos 20 años, y tal vez me quedo corto.

¿Es esto malo? Si ¿Es algo que se pudo evitar? No. No se pudo evitar, porque salvo el liderazgo personalista de Néstor y Cristina por un lado, que lograron calar hondo en el corazón de la clase media y algunos sectores postergados, fueron rodeados o necesitaron de una muchedumbre de burócratas de toda laya incluyendo a muchos sindicalistas. Decía salvo por el liderazgo personalista, de Nestor y Cristina,  y en franca pincelada amarilla, apareció y fue creciendo bajo el dominio claro de la imagen opositara, Macri, el resto, simplemente se quedó en denuncias, traiciones, comidillas y mitines al mejor estilo década infame. ¿Están mal los partidos politicos? NO. Lo que está mal, es el dogmatismo, para ser más claro, aprovechar para adoctrinar. Sino se construye una educación política que se anime a lidiar con los errores y las contradicciones de la historia de los partidos, las tendencias, las ideologías, entonces, ganará siempre la no-política y el absurdo tanto progresista como conservador. Es necesario dar explicaciones, es necesario dar herramientas claras para pensar, es absolutamente necesario dar libertad para la crítica y la autocrítica, animarse a más es comprender esas necesidades. Saber que el otro soy yo, es hacer construcciones de poder mediante la ética y no la retórica o la dialéctica sin sentidos.

Por lo demás, digo, ¿la política en la juventud o la juventud en la política? es un dilema para resolver entre propios y ajenos. Y es posible que esté intacta la ilusión de jóvenes que ahora ya pasaron los 30, muchos de ellos y, los más chicos, salvo excepciones, prefieren mantenerse lejos de la política, pues en este indicador, se muestra la imperiosa necesidad de que la educación política sea libre, abierta y sin dogmas

No se puede y creo, no se debe, educar políticamente mediante gestos y conductas, que repiten viejos modelos, pues eso, dio por resultado, jóvenes, -repito, alrededor de los 30 años-, que su mejor estrategia política es ver dónde ponen a quién para sostener una secretaria de algo, un plan socio educativo de otra cosa, o un ministerio inventado

No, no es esa la forma que sirve al bién común. Pero, claro, no le podemos hechar la culpa otra vez a los jóvenes por hacer las cosas mal. Sus mayores lo hicieron muy parecido, y el modelo se repite, poca ética, mucho discurso, poco compromiso. La fórmula ideal, para tirar por tierra, una vez más, con las oportunidades que nos suele dar la historia, honrosamente subcampeones, ¿para qué vamos a ser exitistas? Si podemos ir a media máquina ¿no?

continuará



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